Releer viejas líneas, o ajenas. No rezumas creatividad, aunque te bulle la cabeza. Sabes cómo te digo. ¡Buenas noches y días, mundo! Vamos a secuestrar al insomnio; no es de buena educación molestar durante tanto rato. Solo una canción en la cabeza. Te ha pillado el día y te encuentras estancado en un único verso. Cierras los ojos y ahí sigue; los abres, y estás soñando con ventanas abiertas y rascacielos, con cafeína y seda. No quieres sucumbir, ¿pero qué otra cosa hacer si no? La noche es joven y tuya. No sé, quizás mañana.
A los acordes de este tango, se calientan las esquinas de esta habitación extraña. No extraña sensación, determinación. La sombra-figura nace e intenta construir su habitáculo entre el albedrío de la gente. Más tango. La realidad llama a la puerta. No le abras, es un truco. Volemos alto pegados al suelo. Vuela alto encadenada al suelo. Grilletes-anilla de un cuaderno amoratado. Todo sabe mejor en papel. Toda prosa se ve mejor cuando no se ve. Toda prosa se ve mejor cuanto más se siente.